La luna rige nuestros destinos; cada período, durante tres días, cortamos la piña mezcalera con ayuda de las jimas.
Los siguientes cuatro días son dedicados al cocimiento en hornos de piedra volcánica reparados y abastecidos de suficiente leña de mezquite y huizache.
Al quinto día majamos las piñas con hacha y las depositamos por tres días más en nuestras tinajas de madera de pino (sin nutrientes añadidos). Así inicia la fermentación.
En nuestra primer destilación obtenemos el mezcal, la cual dieciocho horas después se somete a una segunda destilación en alambiques de cobre, sin separar nicolas ni puntas; aquí obtenemos, en exacto punto, el mezcal sagrado.
Vive una experiencia sensorial, degusta el Mezcal Fuerza de Dios en su ambiente y déjate llevar por los aromas, la música, maridajes perfectos.
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